El pasado día 21 de abril se realizaron en nuestro instituto, con motivo del Día Internacional del Libro, varias actividades con el objetivo de fomentar la lectura. Una de ellas, llevada a cabo por el curso 2ºESO-PMAR, dentro del ámbito sociolingüístico, consistió en reunirnos bajo la sombra de un árbol de nuestro jardín, para leer un fragmento de algunas obras literarias y así poder analizar entre todos, su contenido, su formato y su género literario.
Comenzamos por comentar que el Día Internacional del Libro se viene celebrando desde 1988, promovido por la UNESCO, y que se eligió el 23 de abril porque coincidió en este día, en 1616, el fallecimiento de dos grandes escritores de la Literatura Universal: Cervantes y Shakespeare.
En la primera parte de la actividad, cada uno presentó un libro que había traído desde casa. Por alguna razón, ya sea por ser su libro favorito, por tenerlo siempre como libro de cabecera, por haberlo leído con motivo de algún viaje o porque había sido un regalo especial de alguien querido, todos explicamos por qué traíamos ese libro, lo mostrábamos al resto y poniendo atención escuchábamos de qué trataba y nos preguntábamos si realmente nos encontrábamos atraídos a leerlo.
Sorprendentemente, casi todos los libros tenían algo especial para que quisiéramos leerlos.
Nuestro estudiante del MAES, Manuel Bellido, también colaboró en la actividad y nos expuso cómo un viaje a Ávila le había hecho releer el “Lazarillo de Tormes”.
De una enorme cesta llena de libros fuimos cogiendo libros al azar, y ahí dentro… ¡pudimos encontrar de todo! Desde un recetario de comida de Arguiñano a una edición de 1979 de nuestra Constitución, de la que leímos el artículo 14, pasando por “Un mundo feliz” de Huxley, un cómic de Spiderman, “El Conde Lucanor” de D. Juan Manuel o el cuento de “Blancanieves” en pictogramas. Es increíble cómo de todos esos libros conocíamos algo, o deducíamos de qué podía tratar con sólo comentar el título o ver su portada.
Gracias a todo el alumnado de PMAR por su colaboración, incluso a aquellos que corrieron en el recreo a la biblioteca a sacar un libro para que la actividad no se anulara. Gracias a Manuel por acompañarme y ayudarme.

Lucía Blázquez